¿Por qué no voy a votar por Keiko?
Este es quizá el más fácil de todos los post. No solo se trata que sea la hija de un dictador o porqué llamaba a Montesinos tío, ni tampoco por su poca agudeza al no preguntarse jamás de donde venia la plata para pagar sus estudios.
En el mundo laboral, el cual Keiko desconoce, ella no hubiese logrado una posición de altísimo nivel que justificara que los peruanos la colocáramos a dirigir al país durante los próximos 5 años. Su desconocimiento de las consecuencias que trae tomar decisiones equivocadas la ponen al nivel de una practicante de cualquier trasnacional que ha tenido la fortuna o los medios de hacer un MBA pero sin experiencia profesional relevante.
Si analizamos su actuación como congresista solo logró que se aprueben 4 proyectos de ley. Asimismo estuvo fuera del país 223 días y falto más de 400 días al congreso. ¿A cuántos de nosotros nos hubiesen despedido si faltáramos 1 vez por semana a nuestro trabajo, durante los últimos 5 años?
Dicho desconocimiento del ambiente profesional la hace echar mano de las antiguas amistades de su padre, personajes como las Marthas, Carmen Lozada y Raffo se encuentran en su lista congresal
En el entorno político de Keiko no podía faltar el corsario político Rafael Rey y Jaime Yoshiyama como vicepresidentes, quienes la reemplazarían en caso Keiko no pudiera seguir gobernando. Rafael Rey es un político ultraconservador bastante peligroso. Como vicepresidente tendría el nivel de injerencia suficiente para que exista un retroceso en temas de educación sexual y políticas de anticoncepción.
Keiko no ha hecho un deslinde claro con el gobierno de su padre, muy por el contrario reivindica sus aciertos y minimiza o hasta justifica sus errores, lo cual nos da a entender de una persona que desconoce las implicancias de los actos de un alto cargo como el Presidente.
La descomposición del fujimorismo se evidencia ya que carece de cuadros técnicos que puedan afrontar eficientemente el manejo del Estado. Durante el gobierno de su padre Fujimori presentó a Martha Hildebrant o Pablo Macera como puntales de lanza intelectual en el congreso, mientras que en esta ocasión presentan a a Julio Gagó el vendedor de fotocopias, el Angelito del 11, Leyla Chihuan o el brillante Kenyi.
Además, en un hipotético gobierno de Keiko se corre el riesgo de una deserción masiva de los técnicos capaces del sector público. El fantasma del gobierno de su padre, así como el miedo de una posible venganza política una vez culminado su gobierno, así como los bajos sueldos hace que sea poco atractivo seguir trabajando en el sector público.