Esta es una serie de reflexiones personales de las razones por las cuales no votaré por cada candidato.

Alejandro Toledo perdió la mayor oportunidad de limpiar el país de la mafia de fujimontesinista, solo él es el culpable que Keiko tenga un sólido 20% con una amenaza de pasar a segunda vuelta. Su gobierno además de imperdonablemente frívolo e incapaz de resolver problemas de política domestica, fue entreguista. La modificación del contrato de Camisea, fue una jugada con demasiados beneficiados para estar libre de sospecha de un acto de corrupción.

El uso del avión presidencial como si fuera su auto para ir a Punta Sal, los vaivenes de su vida privada con Lady B y sus ya famosos secuestros por parte de un señor que se llama Johnnie y se apellida Walker hacen de Toledo un personaje inestable y débil, lo cual se puede comprobar con su capacidad para mentir descaradamente como en el caso de Zaraí, o llegar a la hora que le da la gana, que fue acuñada como la Hora Cabana. Además, el entorno familiar fue bastante cuestionable, aunque algo exagerado, conformado sus sobrinos Coqui o Filete y demás.

La cercanía de Toledo con Adam Pollack o Joseph Maiman y de PPK (de quien nos ocuparemos en una próxima reflexión), así como las “asesorías” que realizaba Elian Karp al Banco Wiese nos revelan que no es que no existieran faenones durante el gobierno de Toledo, sino que eran bastante bien manejados y que nunca se judicializaron.

La defensa cerrada del Gobierno de Toledo a los grandes intereses fueron evidenciados cuando por ejemplo el problema tributario de la Empresas Eléctricas le costó el puesto al Superintendente Tributario. Luego fue el tema de las tarifas telefónicas y finalmente el apoyo a Genaro Delgado Parker, cuyo canal fue el escudero de su gobierno.

Debemos recordar también la renuncia de su 1er vicepresidente luego de favorecer a su futuro suegro, pasando por Cesar Almeyda o Jesús Alvarado acusado de haber repartido puestos de trabajo a 13 familiares, hacen del entorno de Toledo como un grupo que piensa en el Estado como un botín.

Sin embargo la mayor debilidad política de Alejandro Toledo fue la poca pericia para resolver problemas de política domestica.  Lo que para Alan García es un problema menor que se convierte luego en una fortaleza como Federico Dantón, para Toledo es un fantasma que hasta hoy lo persigue. La necesidad de tener a un traductor como Ferrero hace de Toledo un personaje peligroso e incapaz de tomar las riendas de un gobierno, lo cual hace que sea altamente dependiente de su entorno el cual no es elegido por el pueblo sino por el propio Toledo.